Salvo en casos contados las parcelas suelen tener superficies reducidas debido a lo fraccionado que se encuentra el territorio en la comarca. Analizando los 88 cultivos visitados, en la siguiente tabla se representan los porcentajes por intervalos de superficie:
| SUPERFICIE | NÚMERO DE CULTIVOS | PORCENTAJE DEL TOTAL |
|---|---|---|
| Menos de 1 fanegada | 37 | 44,6 % |
| Entre 1 y 3 fanegadas | 26 | 31,3 % |
| Entre 3 y 5 fanegadas | 6 | 7,2 % |
| Entre 5 y 10 fanegadas | 5 | 6 % |
| Entre 10 y 20 fanegadas | 3 | 3,6 % |
| Más de 20 fanegadas | 6 | 7,2 % |
Se ve claramente que casi la mitad (44,6 %) de los cultivos tienen menos de una fanegada y un 83 % de las fincas tienen una superficie inferior a las cinco fanegadas. Esto nos da una idea de la gran cantidad de minifundios existentes. Tan solo 14 explotaciones de las visitadas, lo que representa un 17 % tienen una superficie superior a cinco fanegadas.
Como se puede observar en las encuestas que se aportan en el Anexo de este estudio, el grado de tecnificación de los cultivos de la comarca, desciende a medida que se va reduciendo las dimensiones de la explotación. Así parcelas de menos de 1 fanegada suelen regar a manta o incluso con manguera.
En el caso de las explotaciones de más de 5 fanegadas el riego se hace por goteo, microaspersión y en algunos casos por aspersión. Esos cultivos disponen en muchos de los casos de un cabezal de riego, un cuarto de aperos y en grandes cultivos hasta de un almacén.
La siguiente tabla representan los porcentajes de explotaciones, con los diferentes sistemas de riego empleados:
| SISTEMA DE RIEGO EMPLEADO | NÚMERO DE CULTIVOS | PORCENTAJE DEL TOTAL |
|---|---|---|
| Goteo | 33 | 41,8 % |
| Microaspersión | 6 | 7,6 % |
| Aspersión | 6 | 7,6 % |
| Manta y manguera | 34 | 43 % |
Es excesivo el porcentaje de explotaciones que a día de hoy siguen empleando técnicas de riego con un bajo porcentaje de eficiencia de aplicación como es el riego a manta, manguera y aspersión.
Tan solo la mitad de las explotaciones emplean sistemas eficientes en la aplicación y por lo tanto en el aprovechamiento del agua (goteo y microaspersión). Esta realidad contrasta de lleno con la sequía que padece desde hace muchos años la comarca, y que sin duda alguna, y como se comentará en el Apartado 7.3 del presente Estudio, es uno de los factores que más ha condicionado su desarrollo agrícola.
En cuanto a la capacidad regulación y acumulación de agua, de las fincas visitadas 64 si tienen un depósito regulador, mientras que las 24 restantes no lo tienen. Las que no tienen son en su mayoría pequeñas parcelas que en muchos de los casos riegan directamente con agua procedente del abasto público. El tamaño de los depósitos es en todos los casos proporcional al de la explotación.
Tan solo los grandes cultivos poseen maquinaria como tractores, motocultores y equipos de aplicación de tratamientos, en muchos de los casos con muchos años de antigüedad y en muy mal estado de conservación.